En el mundo animal existen cruces sorprendentes que despiertan la curiosidad de científicos y amantes de la naturaleza. Uno de los híbridos más inusuales es el geep, un animal que no es ni oveja ni chivo, sino una rara mezcla de ambos.
El término “geep” surge de la fusión de las palabras en inglés “goat” (cabra) y “sheep” (oveja). Se trata de un híbrido muy raro, debido a que las ovejas y las cabras tienen un número distinto de cromosomas. Las primeras tienen 54 y las segundas 60, lo que hace que la mayoría de los embriones generados por la cruza mueran en etapas tempranas del desarrollo.
Sin embargo, en contadas ocasiones, este cruce logra desarrollarse de forma completa. Los pocos geeps que nacieron con vida tienen características físicas de ambos padres: un cuerpo cubierto de lana pero con cuernos y patas más parecidos a los de la cabra. Su comportamiento también es mixto, al combinar la docilidad de la oveja con la agilidad de la cabra.

Una de las apariciones más conocidas ocurrió en Irlanda, donde en 2014 nació un geep en una granja local. El caso fue registrado por veterinarios y llamó la atención de medios internacionales. Otro nació en Arizona, Estados Unidos, y fue adoptado por un santuario, donde se lo estudió durante años.
El caso del geep fascina no solo por su rareza, sino también porque abre interrogantes sobre la compatibilidad genética entre especies cercanas. A diferencia de otros híbridos como la mula (burro y yegua), los geeps no siempre son estériles, aunque su fertilidad sigue siendo baja y poco investigada.
El geep no es el resultado de manipulación genética en laboratorio, sino que puede surgir de forma natural, aunque en condiciones muy inusuales. Por lo general se da cuando ovejas y cabras comparten el mismo espacio de cría y ocurre una fecundación accidental.
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