Después de que la Cámara de Casación confirmara las penas para los rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, en donde cinco de los acusados cumplen prisión perpetua y tres enfrentan una pena de 15 años de cárcel, dos de los jóvenes decidieron abandonar la defensa de Hugo Tomei y contrataron nuevos abogados.
Máximo Thomsen, una de las caras más visibles del caso, eligió la representación de Francisco Oneto, mientras que Matías Benicelli, que también recibió perpetua, escogió la representación de Carlos Attías.
TN se comunicó con ambos abogados, quienes confirmaron haber tomado las defensas. Attías, por su parte, prefirió no brindar declaraciones hasta terminar de estudiar y examinar el expediente. Oneto, en cambio, dio algunos indicios de los planteos que intentará presentar ante la Justicia.
Este medio logró constatar que el malestar de varias familias con Tomei no es nuevo, dado que varios de ellos buscaron ser defendidos por otros abogados durante el debate oral que se llevó a cabo en Dolores.
En el caso de Benicelli, sus allegados creen que la representación conjunta terminó perjudicando a varios de los jóvenes. Los padres del joven manifestaron que a su hijo no le informaban sobre algunos aspectos trascendentales del proceso. “Tomei no daba muchos detalles de la investigación y muchas cosas se las enteraron durante el juicio”, indicó una fuente cercana a la familia.
Otros padres, encolumnados detrás de este sentir, aseguraron que Tomei les había prometido que la responsabilidad de sus hijos en el hecho “se agotaría en una participación secundaria de las lesiones, pero nunca del homicidio”.
Expresaron también que la defensa en grupo también fue en contra del deseo de varios de los rugbiers: algunos de ellos querían declarar ante el tribunal e incluso dar declaraciones a la prensa. Sin embargo, el abogado que atiende en Campana les advirtió que al hacerlo entrarían en contradicciones con sus compañeros. Esto hizo que algunos padres cuestionaran la estrategia de Tomei.
Estos mismos progenitores se reunieron con el abogado tras la sentencia en primera instancia del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores. La promesa, según ratificaron a TN, fue que “en Casación quedaría todo resuelto” y que “las penas de la mayoría se verían disminuidas”. Nada de esto fue así.
Si bien el grupo permanece detenido en el mismo pabellón y no se desunió en su rutina, entienden que Tomei representó intereses contrapuestos, dado que no todos estaban implicados de la misma forma y de ese modo tampoco pudieron defenderse como querían.
“Se trató de una defensa ineficaz que afectó el derecho de defensa de varios imputados”, especificaron. Es posible que los nuevos abogados presenten un pedido de nulidad para que se les vuelva a realizar un nuevo juicio o que intenten modificar la calificación, posiblemente intentando que Casación (o luego la Corte) les quite el agravante por la premeditación del hecho.
Oneto, por su parte, expresó: “Es importante tener presente que el Tribunal de Casación, al momento de resolver, violó el derecho al recurso de los imputados. Los imputados tienen derecho, por el artículo 8.2, inciso H de la Convención Americana de Derechos Humanos, a que la decisión que los perjudica sea revisada por un tribunal de jerarquía superior al tribunal que la tomó. Ese recurso tiene que ser un recurso amplio donde se evalúe no solamente absurdos valorativos, sino aciertos o errores valorativos en la prueba”.
“Voy a hacer hincapié en el desacierto de que todos hayan sido defendidos por el mismo defensor. No tengo ningún inconveniente con el colega Tomei en cuanto a cuestiones técnicas y demás. Sí creo que fue un desacierto que todos hayan sido defendidos por el mismo defensor, fundamentalmente porque no se pueden cuidar los intereses de todos cuando había intereses claramente contrapuestos”, dijo el letrado en diálogo con este medio.
Oneto agregó: “Había algunos que ni siquiera habían ejercido violencia sobre Fernando, estaban filmando. Y entonces vos decís: ‘Bueno, ¿pero eso en qué favorece a Máximo? En que si esos que estaban filmando daban su versión de los hechos y su versión de los hechos era creíble. Iban a poder dar cuenta de lo que realmente sucedió, que no fue un homicidio ni doloso ni agravado ni mucho menos”.
El cambio en el fallo que realizó la Cámara de Casación
La Cámara de Casación revisó la sentencia del Tribunal N°1 de Dolores y confirmó cada una de las penas, pero realizó una modificación. Los ocho rugbiers estaban condenados por homicidio agravado por el concurso premeditado de una o más personas con alevosía, pero los jueces determinaron que esto último no se pudo determinar.
Si bien en términos coloquiales la descripción del hecho pareciera mostrar que fue alevoso, en términos técnicos el Código Penal exige algunas circunstancias que no se probaron, por lo que se quitó ese agravante.
No obstante, como se mantuvo la premeditación, no pudo haber cambio en la pena porque en cualquiera de esos dos casos la única condena que se prevé es la perpetua.
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