Para los que dicen que Zdero no apuesta a la cultura, ahí tienen

Por lo que se puede apreciar, todo transcurre en una Resistencia imaginaria, colorida, con el Ojo de Sauron de fondo. La obra evoca desde El abrazo de amor del universo de Frida Kahlo hasta El abrazo de Klimt y, lo admitirán los cinéfilos, es inocultable la reminiscencia neo-noir del Blade Runner de Ridley Scott, con ese neón acariciando las frías aristas del hormigón de nuestros rascacielos.

Pero hay algo más. Algo que nos obliga a pensar en Antonio Berni, en Ricardo Carpani, porque esta obra es también un fervoroso hito de arte y compromiso, de arte militante. Lo social, lo político hecho luz.

No sé qué decir, me quita el aliento. Una pena que semejante exponente del arte chaqueño no brille en el hall de nuestra Casa de las Culturas. Mis más sinceras felicitaciones al/la artista anónimo/a que logró ponernos una vez más en el mapa nacional -qué digo nacional: ¡ecuménico!- para salir del aislamiento y el solipsismo en el que nos hundió la logia piquetera K durante los últimos 16 años. ¡Gracias! ¡Brindemos por muchos más abrazos!