Recientemente, se presentó el nuevo esquema de subsidios a la luz, al gas y la canasta energética. Desde la Secretaría de Energía se evaluó que las familias necesitarán entre $30.000 y $40.000 por mes para pagar los consumos esenciales de luz y de gas. Se encuentran excluidos de los subsidios los hogares que tengan miembros titulares de medicina prepaga, que hayan viajado al extranjero a países no limítrofes en los últimos cinco años, individuos que hayan adquirido moneda extranjera en los últimos tres meses, personas con gastos en tarjetas de crédito o billeteras virtuales que superen cinco salarios mínimos, personas con gastos en telefonía móvil que excedan el 25% del salario mínimo, entre otros. Asimismo, se eliminó el Potenciar Trabajo y se reparte a sus beneficiarios en dos programas de acuerdo a sus situaciones, suprimiendo a los intermediarios. Esto impacta en 1,2 millones de beneficiarios sociales.
Por otra parte, el 2024 será complejo en materia fiscal, en especial para las provincias. Los ingresos de las provincias van a estar más comprometidos por:
1. El recorte en las transferencias discrecionales de Nación, algo que ya se verificó en enero. Las transferencias del gobierno nacional representaron el 6,3% de los ingresos totales de las provincias (4,8% Corrientes, 1,5% de Capital), aunque con mucha heterogeneidad. En promedio, llegan a valer el 6,1% de los ingresos de cada jurisdicción.
2. Una merma en la recaudación, producto de la recesión. Los recursos tributarios totalizaron el 76,3% del ingreso total de las provincias (46,5% los de origen nacional, 29,8% los propios). Pero también hay disparidad. El promedio se ubica en un 76,8%.
3. La eliminación de la cuarta categoría de ganancias (impuesto coparticipable, donde el impacto en cada provincia dependerá de su estructura de ingresos). Esto implicaría una pérdida aproximada al 3,7% de los ingresos totales de las provincias (4,5% en promedio). En este caso, CABA sería la menos perjudicada (0,7%). Por su parte, las más afectadas serían Jujuy (6,2%), San Juan, Catamarca, y Santiago del Estero (6,1%, estas últimas).
En pocas palabras, de asumir un recorte de 50% en las transferencias y una caída de 5% en los recursos tributarios, las provincias podrían perder el 10,7% de sus ingresos totales. Si bien cabe señalar que se arriba a estas cifras con valores de 2022, queda claro que la situación será más que compleja.
Considerando el aspecto financiero y los mercados, hay factores para analizar cuando se habla de brecha cambiaria. Hoy tenemos una tasa de interés negativa que convive con la incapacidad de poder migrar a otros activos debido a las restricciones cambiarias. Los pasivos remunerados siguen contrayéndose en términos reales y el impacto monetario del BOPREAL, cuyas Series 1 y 2 ya fue de u$s7.000 millones. Todo esto, juega a favor de la retracción de pesos. Si pensamos en los BOPREAL, la Serie 3 ya adjudicó u$s491 millones. En sí, resultaría factible pensar en una estrategia de tasas reales negativas con tendencia a lo expansivo, pero con una caída de la demanda de pesos y con salarios deteriorados que hacen que la demanda se vea aún más afectada. En efecto, en enero de este año, las personas físicas vendieron más dólares de los que compraron. Algo que no sucedía hace mucho tiempo.
En simultáneo, el actual blend, hace que el 20% del total de las exportaciones liquidadas, vaya al mercado del Contado con liquidación. Esto eleva la oferta, que presiona hacia la baja en un contexto de caída del precio de las commodities más exportadas como el maíz y la soja. Por su parte, se realizó una colocación de bonos, que resultó ser exitosa en $2,8 billones (concentrados en bonos CER con vencimiento en 2025 y 2026). Además, sorprendió con la colocación de un bono ajustado por la evolución del tipo de cambio, por más de u$s500 millones. Los dólares futuros, que se encontraban muy por debajo de los valores que alcanzaron en enero, habiendo despejado gran parte de la expectativa de devaluación, volvieron a incrementarse hasta el 5,5% sobre el cierre de la rueda.
En resumen, meses venideros con grandes desafíos en términos de gestión para la Nación y para las provincias. Frente la recaudación actual en impuestos coparticipables y el apretón vía transferencia, quedará evidenciado el manejo de cada provincia y su sustentabilidad concreta y real.
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