El teletrabajo, la comida procesada y el tenerlo todo al alcance de un click, son algunos de los factores que hacen que se practiquen hábitos de vida cada vez más sedentarios perjudiciales para la salud y relacionados en muchas ocasiones con altos niveles de azúcar en el organismo.
En un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Limerick, en Irlanda y publicado en National Library of Medicine (NIH,) se evaluó como interrumpir la posición de estar sentado con periodos cortos de estar de pie y hacer paseos o caminar con una intensidad leve, marca una gran diferencia en comparación con el sedentarismo ininterrumpido.
La investigación midió un marcador de salud cardiometabólica en participantes adultos mayores de 18 años. Posteriormente, se realizó un metaanálisis que cuantificaba la diferencia de magnitud sobre la salud de las personas que habían permanecido sentadas de forma prolongada, y los que habían interrumpido el sedentarismo con actividades físicas livianas.
Los resultados del estudio concluyeron que las interrupciones cortas y frecuentes en el sedentarismo redujeron significativamente la glucosa postprandial, en comparación con la acción de estar sentado de forma prolongada y sin interrupción.
Caminar reduce los niveles de azúcar en sangre
Caminar contribuye a la disminución de los niveles de azúcar en sangre por diferentes motivos. Por un lado, el ejercicio practicado de forma habitual aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, reduciendo así los niveles de azúcar en sangre de forma directa, ya que las células absorben la glucosa de forma más efectiva.
Mientras estamos en movimiento, caminando en este caso, los músculos emplean la glucosa como fuente de energía, así se acumula menos nivel de azúcar en el torrente sanguíneo. Salir a caminar aporta otros grandes beneficios como la reducción del estrés, que igualmente tiene un impacto positivo en los niveles de azúcar en sangre, ya que, mediante el estrés liberamos cortisol, una hormona que obstaculiza la regulación de la glucosa en el organismo.
Sin lugar a dudas, caminar es una buena forma de controlar los niveles de azúcar en sangre, pero si además esta actividad se realiza a una hora específica sus efectos serán aún más positivos.
El momento perfecto para salir a caminar
El momento ideal para salir a caminar y reducir los niveles de azúcar en sangre es justo después de comer, con margen de hasta hora y media una vez terminado el almuerzo, según el estudio realizado por Alan. E. Donnelly and Brian. P. Carson, entre otros investigadores de la Universidad de Limerick.
Uno de los datos más curiosos que revela la investigación es que no es necesario realizar grandes esfuerzos, ni actividades físicas de mucha intensidad. Simplemente, el acto de levantarse de la silla después de comer y dar un paseo a ritmo moderado que dure entre dos y cinco minutos, contribuye significativamente a la reducción de azúcar en sangre. Evitar alcanzar picos altos de azúcar es fundamental para reducir el riesgo de problemas cardiovasculares y diabetes, y mantener así una buena salud cardiovascular.
El estudio no habla de que es suficiente dar un paseo diario, propone que nos levantemos después de cada comida, ya que, dentro de los aspectos a analizar se encontraba el beneficio acumulativo o a largo plazo.
Los investigadores buscaban sobre todo comprobar los beneficios de no pasar mucho rato sentados. Pidieron a los voluntarios que participaron en el estudio que intentaran hacer pequeños paseos intermitentes acumulando aproximadamente unos 28 minutos caminando al día. “Los paseos intermitentes de intensidad ligera durante todo el día consiguieron una reducción de la glucosa, en un promedio del 17% respecto a los sedentarios”, concluye Buffey.
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