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HUMOR PARA LEER Y ESCUCHAR Reflexiones de la vida diaria: «Metidas de pata» E-GRUPOCLAN
La Iglesia volvió a cargar contra el Gobierno y dijo que a quienes recorren los barrios para dar de comer a personas en situación de calle les «arrancan la comida».
En La Matanza, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, encabezó la primera de una serie de misas que llevarán adelante los curas villeros para denunciar la situación social, que como anticipó tienen el aval del Papa Francisco.
Este miércoles, unas 300 personas llegaron a la iglesia de la Virgen del Milagro de Caacupé, en Ciudad Evita, para escuchar la homilía. Ojea aseguró que la Iglesia trabaja «para no entregar nuestros barrios al narcotráfico, para no entregar nuestros barrios al enemigo que se constituye en dueño de nuestras vidas y que va formando un ‘estado’ dentro de otro Estado».
Formalmente se presentó como una misa en homenaje a las madres que colaboran en comedores, aunque fue un duro mensaje de la Iglesia al gobierno de Javier Milei, tras la crisis que se vivió días atrás por alimentos guardados en depósitos.
«Estamos a tiempo. Hay tanto que hacer, tanto que trabajar, cada uno tiene que mirar su responsabilidad. Nuestras mujeres se encuentran con estos chicos y a veces también se encuentran con adultos», dijo Ojea, de línea directa con el Papa.
El malestar de la Iglesia con el Gobierno se disparó por el escándalo de los alimentos y tuvo como máxima muestra la decisión del arzobispo porteño, monseñor Jorge García Cuerva, de abrir las puertas de la Catedral para servir porciones de comida a los más necesitados.
«Hoy es tanta la confusión en muchas situaciones en nuestros barrios que a veces la gente se enoja y viene enojada a pedir comida. No lo vemos solamente en nuestros barrios, lo vemos también con personas en situación de calle. El otro día me decía un señor que trabaja durante la noche recorriendo la ciudad para dar de comer: ‘Padre, me arrancan la comida, ahora me arrancan la comida, no me esperan'», explicó el obispo de San Isidro.
«Cada uno sabe cuál es la responsabilidad que le toca», dijo Ojea antes de destacar nuevamente el rol de las mujeres que trabajan en barrios populares. También reflexionó, en lo que pareció otra indirecta: «Yo también soy responsable de la necesidad del hermano, no me puedo lavar las manos».
En su homilía de 30 minutos, dijo: «A veces la gente viene enojada a los barrios, a buscar comida. Ahora me arrancan la comida, la comida falta y tenemos que decir no hay más», contó Ojea que le comentaba recientemente un referente de barrios populares.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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