La mayoría de las mujeres presenta diversos síntomas que preceden o acompañan a la menopausia y entre los más molestos están los sofocos, que pueden llegar a interferir significativamente en su calidad de vida en función de su intensidad y duración. Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), los sofocos afectan al 70% u 80% de las mujeres en esta etapa de la vida y pueden iniciarse antes de la última menstruación.
La terapia hormonal sustitutiva (THS) se utiliza para administrar estrógenos a la paciente y combatir los sofocos, pero también hay remedios naturales, como una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico, que ayudan a aliviar sus molestias. Ahora, un nuevo estudio liderado por investigadores de London’s Global University (UCL) encontró que las mujeres menopáusicas que nadan regularmente en agua fría experimentan mejoras significativas en sus síntomas físicos y mentales.
Los investigadores encuestaron a 1.114 mujeres, 785 de las cuales estaban atravesando la menopausia, para analizar qué efecto tenía nadar en agua fría sobre su salud y bienestar. Los hallazgos se han publicado en Post Reproductive Health y mostraron que las mujeres menopáusicas experimentaron una significativa mejora en la ansiedad, según lo informado por el 46,9% de ellas, los cambios de humor (34,5%), el mal humor (31,1%) y los sofocos (30,3%) como resultado de nadar en agua fría.
Además, la mayoría de las mujeres (63,3%) nadaba específicamente para aliviar sus síntomas. Algunas de las participantes en el estudio afirmaron que el agua fría era “un alivio inmediato para el estrés y la ansiedad” y describieron la actividad como “curativa”. Una mujer de 57 años declaró: “El agua fría es fenomenal. Me ha salvado la vida. En el agua, puedo hacer cualquier cosa. Todos los síntomas (físicos y mentales) desaparecen y me siento en mi mejor momento”.
Nadar, un ejercicio que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés
La profesora Joyce Harper del Instituto UCL EGA para la Salud de la Mujer y autora principal dijo: “Anteriormente se había descubierto que el agua fría mejora el estado de ánimo y reduce el estrés en los nadadores al aire libre, y los baños de hielo se han utilizado durante mucho tiempo para ayudar a la reparación y recuperación muscular de los atletas. Nuestro estudio respalda estas afirmaciones, mientras que la evidencia anecdótica también destaca cómo las mujeres pueden utilizar la actividad para aliviar síntomas físicos, como sofocos, dolores y molestias”.
La mayoría de las mujeres incluidas en el estudio probablemente nadaba tanto en verano como en invierno y usaba trajes de baño, en lugar de trajes de neoprene. Las principales motivaciones que animaban a estas mujeres a practicar la natación en agua fría, además de aliviar los síntomas de la menopausia, eran estar al aire libre, mejorar la salud mental y hacer ejercicio.
Harper explicó que “la mayoría de las mujeres nada para aliviar síntomas como ansiedad, cambios de humor y sofocos y observaron que sus síntomas disminuían gracias a los efectos físicos y mentales del agua fría”. “También eran importantes la frecuencia con la que nadaban, durante cuánto tiempo y la ropa que vestían. Aquellas que nadaron durante más tiempo tuvieron efectos más pronunciados. Lo mejor de nadar en aguas frías es que permite a las personas hacer ejercicio en la naturaleza y, a menudo, con amigos, lo que puede crear una gran comunidad”.
Otras conclusiones de la investigación
Los especialistas decidieron investigar también si nadar en agua fría mejoraba los síntomas de la menstruación. De las 711 mujeres que experimentaron síntomas menstruales, casi la mitad aseguró que nadar en agua fría mejoró su ansiedad (46,7%) y más de un tercio dijo que ayudó con sus cambios de humor (37,7%) y su irritabilidad (37,6%).
A pesar de los beneficios de la natación en aguas frías, los investigadores advirtieron que este deporte conlleva ciertos riesgos. La profesora Harper dijo que “se debe tener precaución al nadar en aguas frías, ya que, los participantes podrían correr riesgo de hipotermia, shock por agua fría o alteraciones del ritmo cardíaco, por eso es importante hacerlo bajo la supervisión de un profesional”.
“Aún es necesario realizar más investigaciones sobre la frecuencia, duración, temperatura y exposición necesarias para provocar una reducción de los síntomas. Sin embargo, esperamos que nuestros hallazgos puedan proporcionar una solución alternativa para las mujeres que luchan contra la menopausia y alentar a más mujeres a participar en deportes”, concluyó la experta.
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