El verano es una época en la que muchas personas aprovechan para perder peso para poder lucir una buena figura en la playa, en la pileta o, simplemente, para adoptar una tendencia saludable. Si bien es sabido que los trucos infalibles para perder peso son cuidar la alimentación y hacer algo de ejercicio todos los días, en algunos casos, esto no es suficiente. Por eso, es necesario explorar otras vías para poder adelgazar y así obtener el bienestar físico y mental que tanto se anhela.
Todos los expertos indican que es fundamental establecer una combinación positiva de ejercicio aeróbico para quemar calorías y anaeróbico para tonificar nuestros músculos y también establecer una base en la que no falten los nutrientes, las vitaminas, los hidratos de carbono y las grasas saludables. Todo en su justa medida.
Una falla que se produce en muchos casos, especialmente en el verano, es cuando intentamos hacer en poco tiempo lo que no hicimos durante todo el año. Si no hicimos bien los deberes durante el año, llegaremos a la época estival con un cuerpo que no nos gusta y con esos kilos de más que siempre son incómodos. Es ahí cuando aparecen las dietas milagrosas que pretenden hacer maravillas en solo unos días con resultados siempre adversos para el organismo.
Generalmente, en estos casos, conseguimos perder peso en cuestión de poco tiempo, pero después casi siempre se sufre el llamado efecto rebote. Para evitar estas cuestiones tan molestas, uno de los centros más prestigiosos del mundo descubrió un secreto que es clave a la hora de perder peso. Aunque parezca difícil de creer, Harvard tiene la solución definitiva para perder peso y está relacionada con una tendencia que poca gente sigue.
El truco de Harvard para perder peso
Muchas personas se desesperan cuando no obtienen los resultados esperados a pesar de seguir los pasos que se consideran como los ideales y, a veces, el peso no baja, sino que sube. Ahora, un grupo de expertos de Harvard reveló cuál podría ser la causa que impide esta pérdida de peso tan deseada.
Se trata de una especie de truco apoyado por la ciencia y por la lógica a la hora de adelgazar y, desde el prestigioso centro universitario, aseguran que, si no se sigue, nuestros intentos por perder peso podrían no dar sus frutos nunca.
Heidi Godman, editora ejecutiva en Harvard Health Letter, la revista de la Universidad en la que publican sus descubrimientos científicos, afirma que la clave está en el momento en el que se come: “No basta con pensar en lo que comemos para mantener un peso saludable. Cuándo comemos, la hora del día, también es importante”, dijo
El estudio
Los investigadores de Harvard realizaron un estudio en el que sometieron a personas con sobrepeso y obesidad a dieta idénticas, pero probando comer en dos horarios totalmente diferentes y los resultados fueron publicados en el portal especializado Cell Metabolism.
En la primera tanda, las personas que se sometieron a este estudio estuvieron durante seis días seguidos desayunando, almorzando y cenando, pero haciendo la última comida seis horas y media antes de acostarse. En el segundo programa, durante otros seis días, las mismas comidas se hacían cuatro horas más tarde y terminaban solo dos horas y media antes de irse a la cama.
Durante la elaboración del estudio, estos expertos midieron parámetros tan importantes como las hormonas reguladoras del apetito, la temperatura corporal, el gasto calórico y las células adiposas de los participantes. Los resultados evidenciaron que comer más tarde aumentaba el hambre de los participantes, disminuía el número de calorías quemadas y favorecía el almacenamiento de grasas.
La tendencia de cenar tarde, alrededor de las 22:00, sobre todo en verano, es muy habitual, pero Harvard recomienda cenar más temprano y adelantar las comidas en general, una práctica que tenemos que adoptar como hábito. Incluso, aunque no queramos perder peso, deberíamos hacerlo solo por salud y bienestar.
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