En 1981, Nintendo llegó a los Estados Unidos en búsqueda de establecerse en el mercado local con sus videojuegos, que tenían mucho éxito en Japón. Sin embargo, en esos primeros tiempos la situación era difícil y la empresa ni siquiera podía pagar la renta del depósito en el que estaban trabajando para desarrollar sus proyectos.
Mario Segale, un empresario de Estados Unidos vinculado al negocio inmobiliario, se cansó de que no le pagaran el alquiler e, involuntariamente, inspiró al personaje de videojuegos más famoso de la historia, que significó el primer gran golpe de Nintendo en América.
Aquel día, los desarrolladores de Nintendo estaban trabajando en el juego Donkey Kong, en el que un mono gigante era el protagonista y aplastaba a un carpintero al que le estaban buscando nombre, dado que Jumpman (hombre que salta, no los convencía). Minora Arakawa, presidente de la empresa, se rompía la cabeza junto a su equipo de asistentes en ese intento por encontrar un apelativo que llamara la atención del público estadounidense.
El insólito nacimiento de Súper Mario
De pronto, Mario Segale irrumpió en las oficinas de muy mal modo, enojado por la deuda en el pago del alquiler y se dirigió a los gritos hacia Arakawa delante de sus empleados. Daba golpes con el puño sobre el escritorio y decía que si no recibía el cheque forzaría el desalojo. Arakawa, con ese estilo característico japonés que apela a la paciencia y la serenidad para apaciguar los ánimos, logró que le diera más plazo para cumplir con el pago y no los desalojara.
Cuando Segale dejó de gritar y se fue de la oficina, se hizo un silencio. Arakawa, lejos de sentirse humillado por el episodio ocurrido a la vista de sus empleados, sonrió y les dijo que ya tenían el nombre para el carpintero: “Bueno, parece que será Super Mario”, aseguró Arakawa. Acababa de bautizar al personaje más famoso de la historia de los videojuegos.
Super Mario fue un éxito resonante y dos años más tarde se convirtió en el protagonista del videojuego. Tuvo una transformación: se convirtió en un plomero que contaba con la ayuda de su hermano Luigi (de allí que el título del videojuego fuera Super Mario Bros). Su trabajo era vencer criaturas que salían de las cloacas de la ciudad de Nueva York. Ambos fueron caracterizados con grandes bigotes y con apariencia de inmigrantes italianos.
Mario Arnold Segale nació en Seattle el 30 de abril de 1934 y fundó su empresa, MA Segale, con un solo camión volquete. Se convirtió en un importante contratista de construcción en el noroeste y continuó la práctica de sus padres de comprar tierras alrededor de la ciudad de Tukwila.
El hombre que le dio nombre al personaje más famoso de los videojuegos murió a los 84 años, el 27 de octubre de 2018, y siempre se mostró reacio a hablar de Super Mario. Recién en 1993 aceptó contestar una pregunta sobre el tema, pero lo hizo con mucha ironía. Un periodista le preguntó qué pensaba sobre el uso de su nombre para un juego tan exitoso y conocido en todo el mundo y su respuesta sorprendió a todos: “Se podría decir que todavía estoy esperando mis cheques de regalías”, dijo.
La historia, que mereció un libro titulado “Juego terminado: cómo Nintendo conquistó al mundo”, de David Sheff, dice que Nintendo pudo recuperarse, pagar su renta y construir un imperio en los Estados Unidos gracias a Mario Segale. El personaje más importante de su franquicia, inspiró el lanzamiento de decenas de juegos, una película y cambió la cultura popular para siempre. Una prueba más de que el azar, muchas veces, termina siendo decisivo para cambiar la historia.
El Mario Day se celebra cada 10 de marzo en la Argentina y en el Mundo. Se trata de una efeméride creada para rendirle homenaje al héroe. Si bien el origen de este tributo se dio en las redes sociales, en 2016 se sumó a los festejos Nintendo (compañía con los derechos del personaje), y desde entonces en la fecha se anuncian grandes y nuevos proyectos relacionados con el personaje.
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