En el dinámico mundo del liderazgo empresarial, donde a menudo prevalecen las voces más fuertes y las personalidades extrovertidas, hay dos segmentos valiosos y frecuentemente subestimados: los de las personas tímidas y las introvertidas.
Este tipo de personalidades, con su tendencia a la reflexión profunda, la introspección y una rica vida interior, pueden ser pilares silenciosos y también fundamentales en cualquier organización. Sin embargo, liderarlos con eficacia requiere un enfoque distinto, uno que respete su naturaleza y potencie sus fortalezas únicas.
La diferencia entre timidez e introversión
Si bien muchas veces se utilizan como sinónimos, estos comportamientos sociales son diferentes:
- Timidez es la sensación de inseguridad que se siente ante situaciones sociales nuevas y que impide relacionarse mejor con los demás. Los tímidos sufren cuando son expuestas sin preparación previa y pueden retraerse, eludir el contacto visual y sentirse impotentes ante situaciones que para otros puedan ser comunes.
- Introversión es sumergirse en su mundo interior casi permanentemente, lo que significa que, entre estar con otros o solos, se elige la soledad. Quien es introvertido necesita aislarse y pasar tiempo solo para recargar energía, según estudió Carl Jung.
Si estás dirigiendo o integrando equipos con personas tímidas o introvertidas, aquí van algunas sugerencias de lo que sí y lo que no conviene hacer:
Qué hacer
- Crear un ambiente seguro y de apoyo. Fomenta un entorno donde todos se sientan valorados y escuchados. Esto incluye dar espacio para que las personas introvertidas compartan sus ideas en su propio tiempo.
- Comunicación clara y directa. Las personas tímidas o introvertidas suelen preferir comunicaciones totalmente específicas y detalladas. Evita ambigüedades y proporciona información precisa sobre lo que esperas de ellos.
- Reconocer y potenciar sus fortalezas. A menudo tienen habilidades únicas, como la capacidad para la reflexión profunda y el análisis detallado. Compartiendo proyectos específicos y midiendo su desempeño, podrás identificar y aprovechar estas habilidades para que, a su vez, cada persona sienta que agrega valor desde su forma de ser.
- Oportunidades para la reflexión. Dales tiempo y espacio para que reflexionen antes de presionarlas para responder o participar en discusiones. Esto puede incluir enviar agendas de reuniones con anticipación o permitirles enviar sus ideas por escrito; e, incluso, preguntarles cuál sería la mejor forma para ellas para que participen del asunto.
- Reuniones uno a uno. Las personas vergonzosas o introvertidas pueden sentirse más cómodas en reuniones individuales, donde puedan expresarse sin la presión de un grupo grande.
- Reconocimiento Individual. Aunque a muchos puede gustarles que los feliciten públicamente, en el caso de gente con timidez o introversión cuando ofrezcas retroalimentación y reconocimiento conviene que sea en privado, en lugar de hacerlo públicamente, lo que puede generar incomodidad.
Qué no hacer
- Forzar la participación en grupo. Evita obligar a las personas introvertidas a participar en actividades de grupo que las hagan sentir incómodas o expuestas. No es conveniente insistir en que las personas participen, opinen o expresen su voz, ya que esto podría ser contraproducente y generar cierta inestabilidad emocional interna.
- Subestimar su contribución. No asumas que, porque alguien es callado, no tiene nada que aportar. A menudo, sus contribuciones son meditadas y valiosas, y pueden estar observando aspectos que, al común de la gente, pasan desapercibidos.
- Ignorar la necesidad de espacio personal. Reconoce la necesidad de las personas introvertidas de tener tiempo a solas para recargar energías y procesar información.
- Presión para tomar decisiones inmediatas. Otro aspecto que les genera mucha incomodidad es la presión para que den respuestas o decisiones instantáneas. Muchas de las personas con rasgos de timidez o de introversión necesitan más tiempo para la reflexión y la consideración cuidadosa.
- Sobrecargar de reuniones sociales o networking. Entiende que las actividades sociales pueden ser agotadoras para las personas de estas características, así que ofréceles la opción de participar en la medida en que se sientan cómodas.
- Ignorar sus ideas. Asegúrate de escuchar y considerar seriamente las ideas y sugerencias que presenten, aunque no se comuniquen con la misma confianza o extroversión que otros miembros del equipo.
Al aplicar estos consejos, tienes una guía esencial para ayudar a las personas vergonzosas e introvertidas a sentirse más cómodas, valoradas y capaces de contribuir efectivamente en su trabajo.
Esto no solo mejora su bienestar, sino que también enriquece la dinámica y el rendimiento del equipo en su conjunto, aprendiendo, entre todos, a apreciar la singularidad y las diferencias de carácter, personalidad y comportamiento de cada integrante.
(*) Daniel Colombo es facilitador y máster coach ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach certificado Miembro de John Maxwell Team. Twitter.
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