La sudoración excesiva es una afección que impacta en la vida cotidiana del 3% de la población mundial, sin distinción. Su orígen se asocia a múltiples causas aunque con frecuencia está inducida por el estrés emocional y puede impactar negativamente en la calidad de vida de las personas.
“La hiperhidrosis está relacionada con una sobreestimulación de ciertas glándulas. Esto puede darse por infecciones, alteraciones del sistema endócrino, como hipertiroidismo y diabetes, y por otras causas. Por eso es importante consultar a un dermatólogo para investigar por qué sucede”, explica la doctora Myriam Dahbar, dermatóloga del Hospital de Clínicas de la UBA (M.N. 91.578).
A nivel anímico, además de generar incomodidad y vergüenza en situaciones cotidianas, puede interferir en la concentración en las tareas diarias. A nivel físico, puede ocasionar problemas de sueño por la sensación constante de humedad o mojar la ropa de cama y puede predisponer a problemas dermatológicos como infecciones por hongos o irritación cutánea, según Dahbar.
Cómo tratar la hiperhidrosis
Cuando la hiperhidrosis es generalizada, es decir, afecta la mayor parte de la superficie corporal, se suelen indicar medicamentos como bromuro de glicopirrolato, un tratamiento tópico que se aplica cada 24 horas, o la oxibutinina, que se usa cada 8 horas, si bien se evalúa cuál es la tolerancia de cada paciente al tratamiento.
Otros tratamientos abarcan
- la toxina botulínica, sustancia que se inyecta para interrumpir la producción del sudor y de 2 a 4 días de empezado el tratamiento empieza a aminorar los síntomas
- la iontoforesis, un procedimiento transcutáneo que consiste en el paso de corriente eléctrica a través de la piel y produce un reposo temporal de las glándulas sudoríparas
- como tratamiento quirúrgico, se hace la simpatectomía torácica endoscópica bilateral, que interrumpe la cadena simpática.
Cómo elegir el desodorante y cómo usarlo adecuadamente
Cuando la sudoración excesiva está localizada predominantemente en las axilas, se usan desodorantes antitranspirantes que tienen cloruro de aluminio. Esta sustancia obstruye los poros de las glándulas sudoríparas y ocasiona una atrofia de las células secretoras.
El doctor Ariel Sehtman (MN 82978), integrante también de la división Dermatología del Hospital de Clínicas de la UBA, explica que “mientras el desodorante busca reducir el ritmo de transpiración y suele contener fragancias que proporcionan aromas agradables, el antitranspirante va un paso más allá al controlar la cantidad de sudor”. Además, el especialista recomienda:
- Una aplicación adecuada: es esencial asegurarse de que la axila esté seca para evitar irritaciones. Se debe dejar una distancia de 10 a 15 centímetros al aplicar aerosoles para evitar irritaciones. El tiempo de aplicación del aerosol no debe ser superior a los 3 segundos. Evitar aplicar desodorante al estar en movimiento.
- Conocer los ingredientes: buscar desodorantes con pH cercano al de la piel (alrededor de 5.5) para minimizar irritaciones. Evitar componentes como el hexafluoruro aluminio. Por otro lado, algunas fragancias, alcoholes u otros químicos pueden generar alergias.
- Minimizar las lesiones causadas: evitar la aplicación inmediata después de afeitarse, mantener la piel seca y consultar con un dermatólogo en caso de irritación.
- Presentaciones: los productos en barra suelen ser menos propensos a irritar debido a su mayor contenido de grasa, pero advierte que la utilización en exceso puede tapar los poros de la piel y trae complicaciones.
- Si hay irritación: suspender la aplicación y mantener la axila seca. Por otra parte, la elección de la ropa influye en la irritación. Optar por telas de algodón y evitar prendas ajustadas. La actividad física intensa y la exposición al sol en altas temperaturas aumentan el riesgo de irritaciones, por lo que se recomienda una mayor precaución. Consultar a un dermatólogo para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado. Se suele recomendar un cambio de desodorante si la irritación persiste.
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