La baja de tasas en pesos que el Banco Central (BCRA) anunció en la última semana fue la tercera desde que asumió Javier Milei. El presidente está convencido de que, antes de abrir el cepo cambiario, debe “limpiar” la hoja de balance de esa entidad.
Para ello, el Gobierno avanzó primero en la eliminación de las Leliq y luego en sucesivos recortes de la tasa de interés para disminuir la emisión de pesos que generan los vencimientos de su propia deuda (hoy focalizada en pases). Un reporte de GMA Capital estimó que, desde la asunción de la actual gestión, los pasivos remunerados del BCRA (pases + Leliq) mostraron un deterioro real del 19,5%
A la vez, la consultora calculó: “De haberse mantenido el rendimiento anterior, solo en concepto de intereses, el stock de pases habría aumentado 6,9% mensual, comparado con un 6% que lo hará a esta nueva tasa. Esa diferencia implica un ahorro de $293.000 millones, o bien, el 3% de la base monetaria”.
Desde Consultatio coincidieron, aunque advirtieron que la baja de tasas es posible por la persistencia de las restricciones cambiarias: “Con estas medidas, y a pesar de la desaceleración de la inflación, el Gobierno sigue avanzando con la reducción del costo real de los pasivos monetarios del BCRA mientras el cepo se mantiene vigente”.
Algo más cautelosos se mostraron los economistas de Outlier, para quienes la baja de tasas se interpreta más bien como un paso adicional para profundizar la licuación de los saldos en pesos mientras la inflación converge con la tasa de devaluación oficial fijada en 2% mensual. “Ante este escenario, mantener los controles cambiarios para tener al contado con liquidación a raya sería clave y así poder empalmar el tipo de cambio más adelante entre los de mercado y el oficial”, apuntaron.
Del lado del activo, el balance del BCRA también mejoró por la recomposición de reservas que logró el Gobierno desde su llegada. “Desde el 13 de diciembre, la entidad acumula US$13.365 millones, provocando que las reservas netas alcancen los -US$2200 millones, por encima de las metas impuestas por el FMI, quien exige llegar a agosto con al menos -US$3622 millones”, señaló GMA Capital. No obstante, advirtió parte de esta rápida recuperación de las reservas es producto de la vigencia del cepo.
Una baja de tasa que beneficia al Tesoro
A la vez, los analistas resaltaron que la baja de tasas de política monetaria el mismo día de la licitación de deuda del ministerio de Economía fue una estrategia para redireccionar el financiamiento bancario desde los instrumentos del BCRA a los bonos que colocaba Luis Caputo. Esto va en línea con la idea oficial de evitar el financiamiento monetario al fisco, que debe cubrir sus gastos endeudándose en el mercado.
“En paralelo, la baja de la tasa de política monetaria fue una invitación a participar en la licitación del Tesoro. Y es que, de esta manera, el Gobierno demora la normalización de las tasas de interés en términos reales y los activos en pesos ajustable por CER siguen teniendo espacio para beneficiarse del devengamiento de la inflación”, explicó Consultatio.
Y agregó que “con acceso limitado a otras alternativas de inversión, la invitación fue difícil de rechazar para el mercado”, ya que el Gobierno colocó $3 billones, es decir, $2,5 billones más de lo que vencía. Ese excedente, según informó el ministerio de Economía, se usará para comprarle dólares al BCRA con el fin de hacer frente a los vencimientos en moneda extranjera. “En esencia, el mantenimiento del cepo le permite al Gobierno emitir deuda en pesos a tasas reales muy negativas que utiliza para cancelar deuda en dólares”, resumió Consultatio.
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