Martín Demichelis defiende su gestión a partir de la estadística, que no es ni más ni menos que el promedio entre resultados positivos y negativos. River está cuarto y dentro de los playoffs por su abultada diferencia de goles a favor (+13, respecto de Vélez, que le sigue y tiene 0). Sin caer en el facilismo de reducir la sumatoria de los Millonarios al talento individual, la producción colectiva ofensiva, en general, luce mucho más lograda que la faz defensiva de un equipo que, en general, da ventajas.
Si la estadística es la vara, hoy River se está clasificando por lo que hace cuando ataca (solo Argentinos hizo más goles), y a la vez hace cuentas sin margen de error por lo que sufre a sus espaldas. El gol de Walter Mazzantti es la gran síntesis. Todos al ataque, a partir de una pelota parada, y gol en contra, a partir de un insólito mano a mano desde la mitad de la cancha.
Se enoja “a lo Demichelis” (sin perder la calma) el DT de River cuando le cuestionan la idea, cuando le preguntan “si llega el mensaje”. La búsqueda excede a una bajada. Se trata de superar una barrera muy clara, que cayó como un piano el año pasado: el desequilibrio que genera la búsqueda ciega, y cómo responde su equipo en duelos de alta intensidad, palo y palo. De sutil equilibrio se trata el desafío que está por venir. El Deportivo Táchira venezolano, quinto en su liga de origen, equivale al primer ensayo: ¿Cómo responderán los de Núñez después de una derrota incómoda?
En Boca algo está cambiando (y funcionando)
Diego Martínez, a los gritos, les pide a los volantes algo así como jueguen cerca, juntos, sin dar referencias. Equi Fernández, más posicional, Cristian Medina, movedizo y suelto, y Kevin Zenón junto con Jabes Saralegui hacen bien el trabajo en la mitad de la cancha y pisan el área. Los dos goles de Boca frente a San Lorenzo valen como referencia: hacía mucho tiempo que al Xeneize no se le notaba el todo. Algo está cambiando (y funcionando).
Otro rasgo destacable del Boca de Martínez de marzo es el carácter. No es fácil estar en desventaja en el Monumental, o contra Belgrano, Racing y San Lorenzo en La Bombonera, y sumar diez de esos doce puntos. Probablemente esas reacciones se puedan fundamentar en la idea. Poco revoleo, ideas ensayadas.
En el estreno por Copa Sudamericana, a más de cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar, la rotación masiva obligará a los once que inicien y al recambio a dar otro salto de calidad, y aun así eso no garantiza nada. Pero Boca ha cambiado, y Nacional de Potosí, líder en su zona de competencia local, es otra chance para acentuar esta levantada si el ahogo no le juega una mala pasada.
Comentarios de las entradas (0)