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HUMOR PARA LEER Y ESCUCHAR Reflexiones de la vida diaria: «Metidas de pata» E-GRUPOCLAN
A finales de los noventa, el director Stephen Sommers logró hacer realidad el sueño cinematográfico que albergaba por décadas. Cuando tenía 8 años, había quedado cautivado por La momia (1932) de Boris Karloff, una aterradora película que lo introdujo en los misterios del antiguo Egipto. Ya como cineasta, la idea de crear su propia versión estaba ahí, como una semilla esperando el momento propicio para germinar.
Dos productores (Sean Daniel y Jim Jacks) compartían la misma meta y habían estado desarrollando el proyecto a fuego lento, por nueve años. Luego de que ambos cruzaran camino con Sommers, el siguiente paso era convencer a Universal Studios de que liberaran más de 15 millones de dólares para el presupuesto. “Eso solo alcanza para los efectos visuales”, había argumentado el realizador. Así nació La momia (1999), una emblemática película con Brendan Fraser y Rachel Weisz, que grabó su lugar en la historia del cine con 62 millones de dólares de inversión.
Este 2024, el mencionado largometraje cumplió un cuarto de siglo desde su estreno. Es un hito indiscutible en el cine de aventuras, con su manejo de motion capture y efectos especiales experimentales para la época.
La historia se ambienta en 1923 y sigue a Rick O’Connell (Fraser), Evelyn Carnahan (Weisz) y su hermano Jonathan en su intento por detener a Imhotep (Arnold Vosloo), un sumo sacerdote egipcio que es resucitado accidentalmente. El personaje tiene una historia particular, pues fue sepultado vivo en el 1920 a.C como castigo a su romance prohibido y por haber asesinado al Faraón.
Con una mezcla de acción, humor y elementos de horror, el filme fue todo un éxito en las salas y recaudó más de 416 millones de dólares en todo el mundo. Con motivo del aniversario 25 de este clásico moderno, recordamos algunas de las anécdotas más fascinantes y menos conocidas detrás de su creación.
Uno de los momentos más recordados y peligrosos del rodaje involucró a Brendan Fraser, el protagonista, que llegó a asfixiarse y perder la conciencia por unos minutos. “Fue aterrador”, admitió el actor cuando recordó el evento en una entrevista publicada por Entertainment Weekly en 2019.
El accidente ocurrió en la escena donde O’Connell es colgado tras ser capturado como prisionero. La idea es que el personaje es tan fuerte que no se ahoga a pesar de esa tortura. Según relataron el actor y el director, primero se hizo una toma amplia con el doble de riesgo que portaba un arnés, la cual quedó muy bien. Sin embargo, también necesitaban un plano del rostro de Rick.
El nudo de la soga estaba justo en el cuello de Fraser. “En la primera toma hice mi mejor actuación de asfixiarme. Luego Steve dijo: ‘¿Podemos hacer otra y poner más tensión a la cuerda?‘ Respondí: ‘Está bien, que sea una más‘”
Fraser narró el aterrador incidente con detalle: “Recuerdo ver la cámara comenzar a girar alrededor y luego todo se volvió negro, como el final de una película muda. Cuando volví en mí, un paramédico estaba llamándome por mi nombre”.
Ese fue el susto más fuerte, pero no el único que enfrentó el elenco durante las 17 semanas de trabajo en la parte marroquí del Sahara. La deshidratación acechaba, así como los animales salvajes que pululaban por la arena.
El equipo de producción estaba plenamente consciente de los riesgos que representaban ciertas criaturas en la zona, tanto que emitieron advertencias específicas. “Enviaron una nota describiendo una serpiente que tenía puntos amarillos. Decían: ‘Si ven esta clase de serpiente, no se acerquen. Aléjense o corran. Porque es tan venenosa que si te muerde, quizá sea necesario amputarte la extremidad‘”, relató el actor de La ballena.
“En fin, ahí estaba yo, orinando en una roca, y miro hacia abajo, y ahí está la serpiente de puntos amarillos. ¡Yo estaba como, ‘¡Mierda!’ Sólo salí corriendo”, dijo entre risas.
El calor extremo fue otra némesis a sortear. Como era logísticamente imposible tener una caravana de camerinos con aire acondicionado, el personal médico de producción tuvo que usar su ingenio para cuidar a los actores y al equipo de rodaje. El agua por sí sola no resultaba suficiente. Ellos crearon una “bebida especial” que se administraba a todas las personas en el set cada dos horas para evitar que se deshidrataran.
Dada la caracterización de Imhotep, que frecuentemente aparecía sin camisa, era imperativo que Vosloo se mantuviera completamente libre de vello. Por ese requisito de su caracterización, el actor tenía que afeitarse dos veces al día. Aunque se intentó la depilación con cera, la incomodidad del proceso llevó A Arnold a descartarla rápidamente.
La presencia omnipresente de la arena en el desierto también suponía un obstáculo literal para el uso de armas de fuego. Las partículas frecuentemente atascaban las armas, haciéndolas inoperables. Al final, la producción decidió solucionar el problema en post producción, donde Industrial Light and Magic agregó digitalmente efectos de disparo y llamaradas en los cañones.
El CGI también se hizo presente para recrear los poderes de Imhotep y el ataque de algunos animales. Sin embargo, también se grabó con criaturas reales. Rachel Weisz experimentó esto de primera mano cuando tuvo que actuar con ratas auténticas trepando sobre ella cuando su personaje estaba atado a una mesa.
La bella heroína además estuvo a cargo de una de las secuencias más divertidas de la ficción, cuando Evelyn derriba varias estanterías en una biblioteca que se desploman como un efecto dominó. Esto se capturó perfectamente en una sola toma. Cualquier error hubiera requerido un día entero para limpiar y preparar nuevamente el set.
Pero quizá el dato más inusual tiene que ver con el seguro contra secuestros que contrató el productor para el elenco estelar. Como estaban filmando en Marruecos durante una época particularmente agitada en su vecina Egipto por temas políticos, Jim Jacks no quiso ignorar posibles riesgos al trabajar en un área remota.
La película tenía el respaldo oficial de las Fuerzas Armadas Marroquíes para todo el rodaje, pero más vale prevenir que lamentar. Curiosamente, el reparto principal no se enteró de los seguros hasta que la producción había concluido.
Puedes ver la película La Momia (1999) y sus secuelas La momia regresa y La momia: la tumba del emperador Dragón en la plataforma Star+.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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