El plan de ajuste que puso en marcha el Gobierno implicó un fuerte recorte sobre las cuentas provinciales y municipales que llevó a que los intendentes rearmen sus estrategias para subir la recaudación. Entre esos planes, hay uno que se viene extendiendo: es el cobro de la tasa vial que grava los precios de los combustibles y que, además, amplía la brecha entre los valores de venta en los surtidores.
La tasa vial es un gravamen que se cobra en algunos municipios de todo el país por la venta de cada litro de combustible o metro cúbico de GNC, y generalmente, lo que ingresa por ese tributo se destina a gastos de infraestructura.
De acuerdo a un relevamiento de sector que representa a las estaciones de servicio, hay unos 20 municipios que cobran la tasa vial: Vicente López, San Isidro; San Fernando; Tigre; Jose C. Paz, Hurlingham; Malvinas Argentinas; Ituzaingó: Gral. Rodríguez; Merlo; Florencio Varela; Avellaneda; San Vicente; Quilmes; Almirante Brown; Pilar; Marcos Paz, Las Heras y Junín. A esto se suman localidades como Berazategui y Mar del Plata, que fijó en febrero la “Tasa Vial de Mantenimiento de la Red Vial Urbana Municipal”.
En estos casos, la tasa oscila entre el 1,5% y el 2,5%, o también se aplica un recargo fijo, por lo cual este ítem ensancha aún más la diferencia entre los precios de venta al consumidor de acuerdo con el lugar en el que se realice la carga de combustible.
Según las cifras del sitio Precios en el Surtidor, el litro de nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires se vende a $837, mientras en Quilmes, Ituzaingó y Jose C. Paz ese mismo litro cuesta $929; y en Vicente López y San Fernando se vende a $930.
Los valores son incluso más elevados en Marcos Paz ($937); Las Heras ($939); Florencio Varela ($941); Almirante Brown ($941); Malvinas Argentinas ($942); Avellandea ($945); San Vicente ($947); Tigre ($954); Hurlingham ($961); Gral. Rodríguez ($979); Junín ($988) y Pilar ($989).
En concreto, hay diferencias de hasta $150 o del 18% entre la Ciudad de Buenos Aires -donde se comercializan los combustibles con los precios más accesibles- y los municipios que cobran la tasa vial.
De todos modos, la aplicación de la tasa vial también generó disidencias entre los propios intendentes, ya que hubo algunos casos que decidieron diferenciarse y eliminar ese recargo, como Morón, Esteban Echeverría y Tres de Febrero, ya que consideran que quedan en “desventaja” respecto de otras ciudades.
Pero sobre todo despertó malestar entre los empresarios del sector porque entienden que suma un elemento más a la estructura de costos y desalienta el consumo en las combustibles. “El avance de esta recaudación por parte de diversos municipios resulta perjudicial a las estaciones de servicio, pues ocasiona mayores cargos administrativos al tener que afectar recursos para percibir y liquidar para el fisco municipal”, explicaron desde las cámaras que representan a las estaciones de servicio.
“Desincentiva aún más la venta de combustibles, en una coyuntura de alta inflación y el aumento del costo para los clientes. Genera asimetrías de precios entre las estaciones de servicio de distintas municipalidades, haciéndolas menos competitivas, desestimulando la capacidad para reinvertir”, cuestionaron.
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