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HUMOR PARA LEER Y ESCUCHAR Reflexiones de la vida diaria: «Metidas de pata» E-GRUPOCLAN
Entre las bajas temperaturas, la naturaleza se convierte en un aliado supremo para lograr un equilibrio interno
Aunque el invierno invita a pasar más tiempo en casa, el clima frío no debería ser una barrera para aprovechar los beneficios de estar al aire libre. Desde mejorar la salud mental hasta fortalecer el sistema inmunológico, pasar tiempo en la naturaleza puede tener un impacto positivo en el bienestar.
Claro, el frío no es el mejor anfitrión, pero quedarse en casa tampoco es la solución mágica. Con un buen abrigo y algo de valentía, el invierno puede transformarse en un aliado secreto para cuidar la salud física y emocional.
Un estudio publicado en Environmental Science & Technology encontró que el contacto con la naturaleza mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y aumenta la concentración. En invierno, el aire fresco y las paisajes tranquilos ofrecen una oportunidad única para la renovación mental. Además, al estar al aire libre en estas condiciones, el cuerpo se ve obligado a trabajar más, lo que genera beneficios físicos adicionales.
Pasar tiempo fuera en invierno también es una excelente oportunidad para mantenerse activo. De acuerdo con la Harvard T.H. Chan School of Public Health, el ejercicio regular, incluso en condiciones frías, puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud mental y fomentar una mayor longevidad.
Además, como le explicó a a Yahoo Life Robert Graham, médico especialista en medicina interna, el ejercicio en frío puede quemar más calorías que en condiciones más templadas, ya que el cuerpo necesita hacer un esfuerzo adicional para regular su temperatura interna.
Además, según un estudio de la Universidad de California en Berkeley, las personas que practican actividad física al aire libre tienden a experimentar mejoras en la calidad del sueño y un aumento de los niveles de energía, lo que contribuye a un mejor bienestar general.
Un aspecto fundamental para disfrutar del aire libre en invierno es vestirse adecuadamente. El sistema de vestimenta por capas es esencial para mantener el calor sin sobrecalentarse, ya que permite regular la temperatura de manera eficiente mientras se protege de las inclemencias del tiempo.
Emiel DenHartog, experto en ingeniería textil de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, explicó a Yahoo Life que la clave para un buen aislamiento es la “capacidad de los materiales para atrapar aire estancado alrededor de las fibras”, lo que crea una capa de calor que mantiene el cuerpo confortable incluso en las temperaturas más bajas.
Tiene el papel más importante de mantener la piel seca y libre de sudor, lo que previene la sensación de frío. Según un informe del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH), materiales como la lana o el poliéster son ideales, ya que alejan la humedad del cuerpo. En cambio, el algodón debe evitarse, ya que absorbe la humedad, lo que puede enfriar el cuerpo rápidamente.
Debe proporcionar aislamiento, manteniendo el calor cerca del cuerpo. Los materiales recomendados incluyen el forro polar y los aislantes sintéticos, como el Primaloft, que funcionan bien incluso cuando están mojados. Según un estudio de The International Journal of Clothing Science and Technology, estas capas mejoran la retención de calor sin agregar demasiado volumen, lo que es perfecto para actividades al aire libre donde el movimiento es necesario.
En este caso, debe proteger contra el viento, la nieve y la lluvia. Materiales tanto impermeables como transpirables son ideales para mantener el calor dentro y el frío fuera. Un estudio de la University of Manchester sobre la ropa técnica para el clima frío destaca que estas capas permiten que el cuerpo respire mientras bloquean los elementos, lo que resulta crucial en condiciones extremas.
Vale destacar que el frío no solo afecta al torso, sino también a las extremidades, donde la pérdida de calor puede ser rápida y peligrosa. Según el National Weather Service, los dedos de las manos y los pies son especialmente susceptibles al frío extremo, lo que puede llevar a la congelación si no se protegen adecuadamente.
En ese sentido, los guantes de lana o sintéticos, seguidos de mitones aislantes, son esenciales. Este sistema de capas en las manos garantiza que el calor se mantenga a pesar de las bajas temperaturas. Un estudio de The Journal of Applied Physiology confirmó que las extremidades son más vulnerables en climas fríos, por lo que la protección adecuada es esencial para prevenir daños.
Además, gran parte del calor corporal se pierde por la cabeza. Usar gorros de lana o forro polar puede ayudar a minimizar la pérdida de calor. Además, un cuello o bufanda para proteger la cara es crucial, ya que la piel facial es muy sensible al frío. Los expertos en medicina de la American Academy of Dermatology alertan sobre los daños de la exposición prolongada al frío, como la piel congelada o la deshidratación de la dermis.
Aunque el frío puede reducir la sensación de sed, mantener una hidratación adecuada es vital. El Journal of Thermal Biology señala que la deshidratación puede dificultar la regulación del calor, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir hipotermia. En cuanto a la alimentación, consumir alimentos ricos en calorías, como nueces, frutos secos y chocolate, proporciona la energía necesaria para mantener el calor corporal.
A pesar del frío, los paisajes invernales tienen una belleza única. Las nieblas, la escarcha y los caminos nevados ofrecen una experiencia única de paz y serenidad.
Según la International Association for Nature and Forest Therapy, la inmersión en paisajes naturales durante el invierno ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo un estado de bienestar general.
Escrito por E-GRUPOCLAN
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