Más del 50% de los argentinos no duerme adecuadamente, un problema que repercute en aspectos físicos y psíquicos, como la concentración y la energía, según reveló una encuesta reciente de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño. El abuso de medios electrónicos, la exposición a redes sociales, el estrés, la angustia, y factores relacionados con la edad o el dolor son las causas principales de esta situación.
Así lo explicó Stella Maris Valiensi (M.N. 94.777), médica especialista y autora de La ruta del sueño, publicado por la editorial de la Universidad Hospital Italiano de Buenos Aires, quien agrega como inciden otros factores. “La preocupación excesiva por la calidad del sueño también puede repercutir negativamente en el propio descanso. Se trata de un problema conocido como ortosomnia, donde la obsesión por dormir impide lograr un descanso adecuado. Estar demasiado preocupado por el sueño puede impedir que el cerebro se desconecte lo suficiente para lograr un descanso reparador”, señaló la experta.

En el Día Mundial del Sueño, que se conmemora cada 14 de marzo y que es una fecha destinada a concientizar sobre la importancia del descanso para la salud física y mental, Valiensi destacó además que la higiene del sueño cobra un papel clave, ya que consiste en una serie de hábitos y rutinas que ayudan a mejorar el descanso.
Entre los principales factores que debemos tener en cuenta se encuentran cuestiones ambientales, como la iluminación, el ruido y la temperatura, así como también cuestiones vinculadas a la salud general, como la actividad física, explica Valiensi, quien dijo además que la alimentación también juega un papel clave: nutrientes como la vitamina B, el calcio, el magnesio y el triptófano, disponibles en alimentos como los lácteos, el pollo y los huevos, favorecen el sueño, mientras que el alcohol, la cafeína y la nicotina lo alteran.
Las tres claves para cuidar la higiene del sueño
- Evitar la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos antes de dormir. Los adultos deben reducirla una hora antes de acostarse, mientras que los niños necesitan al menos dos horas. Esto se debe a que la luz azul retrasa la producción de melatonina, la hormona que indica que es hora de dormir.
- Realizar actividad física. Preferentemente al aire libre y con exposición a la luz solar por la mañana. Hacer ejercicio aumenta la profundidad del sueño, pero es importante evitar la actividad física intensa cerca de la hora de dormir, ya que eleva la temperatura corporal y dificulta el descanso.
- Evitar sustancias estimulantes y el alcohol antes de dormir. Aunque el alcohol puede generar una sensación de somnolencia inicial, luego fragmenta el sueño, favorece el mal descanso y puede causar apneas y pesadillas.
Redes sociales y sueño: ¿aliadas o enemigas del descanso?
Las plataformas digitales también impactan en nuestros hábitos de sueño y la experta señaló que, actualmente, la sociedad está bombardeada por el uso y abuso de dispositivos electrónicos, lo que retrasa la hora de inicio del sueño y genera mayor ansiedad, estrés y sedentarismo especialmente en los niños. Estas nuevas plataformas también traen consigo el acceso a un gran volumen de información y variedad de contenidos.
Además, recientemente, TikTok popularizó el término sleep maxxing, una tendencia que promueve la optimización de los hábitos de sueño para mejorar su calidad y duración, aunque algunas de estas prácticas pueden ser beneficiosas, otras carecen de respaldo científico y podrían ser contraproducentes, especialmente en personas con perfiles ansiosos, detalla la especialista.
“Por ello, descansar bien no es un lujo, sino una necesidad para la salud y el bienestar. Adoptar hábitos saludables es clave en un mundo cada vez más acelerado y digitalizado. Para quienes deseen más información el libro “La ruta del sueño está disponible en la web de del hospital Ediciones”, concluyó Valiensi.
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